El centro se organiza en dos patios alrededor de los que discurren las galerías descubiertas a las que se abren los locales. El acceso es bajo una pasarela hasta el atrio principal, dejando a la izquierda el patio de menor tamaño.

El ocio en espacios abiertos es un atractivo para el público, pero en este caso concreto si se quería disfrutar de esta ventaja había que lidiar con las altas temperaturas y el soleamiento directo durante gran parte del año.

Para ello, y apoyados en el estudio analítico del centro, se propuso una serie de intervenciones coordinadas que, potenciando los atractivos ya existentes, resolvieran los obstáculos ambientales.

Se propusieron dos estrategias principales: por un lado, en el plano del suelo, mediante el tratamiento del pavimento en el que se integran una serie de puntos fríos con fuentes de agua para refrescar y humidificar el ambiente, y por otro, sobre los planos de cubiertas, la construcción de estructuras reticulares conformadas por una red de vigas de canto con paños de vidrio inteligente para limitar el soleamiento en el interior de los patios; a este nivel se introducían además, ventiladores de gran formato que generasen la circulación del aire.

Ambas maniobras se veían acompañadas por una renovación en la imagen global de los espacios, interviniendo en los acabados, el mobiliario y el paisajismo, diseñando espacios confortables que pudieran ser frescos en los meses más calurosos.