Se propone una intervención coordinada tanto para la plaza abierta como para la parte interior.

En la plaza se disponen dos bandas con quioscos entre las cuales surgen en el mismo lenguaje orgánico unas terrazas, dando lugar a espacios de circulación entre ellas y los quioscos, y a su vez a una circulación más densa alrededor de todo este conjunto. Esto se realiza a través de la diferenciación de distintos pavimentos, reservando los más amables y confortables para las zonas estanciales de las terrazas, y dejando el solado más resistente para las áreas perimetrales con más tránsito.

Con el fin de completar la intervención en la plaza, se sustituyen los elementos de cubierta existentes de aspecto algo anticuado, por una nueva estructura en forma de malla de perfiles de canto que da unidad a todo el espacio. La nueva piel, aclimata las condiciones en las terrazas y filtra la luz a la vez que refleja la luminosidad del soleamiento, repartiendo la luz y dotando al ambiente de mayor claridad y confort.

A nivel de percepción de los usuarios, se diseña un lenguaje base para interior y exterior, aunando materiales y formas que los relacionen directamente, para así no llegar a desvincularse el uno del otro y configurar ambas intervenciones con el carácter de un todo. De esta manera, ambos ambientes comparten acabados de madera y cerámicos, así como suavizadas mediante curvas, tanto en los pavimentos como en el diseño de los quioscos y los elementos de mobiliario.

En alzado, la coherencia sigue estando muy presente, por lo que se propone un revestimiento vertical mediante la elección de un cerámico tridimensional combinado con remates de madera que se emplea tanto en las fachadas de la plaza como en los quioscos.

Acompañando toda la intervención, se presenta un mobiliario adecuado para cada ambiente con diseños coherentes con la propuesta global, respondiendo en este aspecto con una estética cuidada, actual y fresca.